La verdadera tarea de cambiar la escuela, tiene poco que ver con el contenido de la enseñanza, las asignaturas y el aprendizaje, y mucho con el corazón y el espíritu humanos.
El problema educativo fundamental es el de encontrar la forma de ayudar a los niños y niñas a transformarse en adultos sin ningún deseo de dañar.
La argumentación de A. S. Neill de que la misión de la educación consiste en hacer a la gente feliz, no debe considerarse frívola y sentimental, sino sumamente seria, de peso y pertinente.
Para todo ello en las escuelas y familias debemos proporcionar a los niños y niñas libertad, dignidad y respeto.
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